Garrapatas
Las garrapatas de interés como plagas urbanas se clasifican dentro de dos familias, que representan diferentes estructuras corporales: Familia Ixodidae, conocidas como garrapatas duras, y familia Argasidae, que agrupa a las garrapatas blandas. Ambas familias son similares morfológicamente, con un cuerpo dividido en el gnatosoma, situado en la parte anterior y que contiene las piezas bucales, y el idiosoma, la parte posterior, que contiene la mayoría de los órganos y que se dilata cuando la garrapata se alimenta, aumentando notablemente el tamaño del animal. La principal diferencia entre estas especies es que la familia Ixodidae presenta un escudo dorsal duro, del que obtienen su nombre, mientras que la familia Argasidae carece de él. Las garrapatas son parásitos externos hematófagos, que necesitan al menos una toma de sangre entre mudar y para poder reproducirse. Las garrapatas son vectores eficaces de patógenos como bacteria, virus, protozoos y nematodos, que afecta tanto a animales de compañía como a humanos. La importancia como vectores varía según la especie y la geografía. En España la especie más habitual es Rhipicephalus sanguineus, (Garrapata marrón del perro), siendo habituales otras especies como Ixodes ricinus o el género Dermacentor.
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• Guía ESCCAP Nº 3, Ectoparásitos. Consejo Europeo para el Control de las Parasitosis de los animales de compañía.
• Manual de Prevención y Gestión de Plagas. Instituto de Salud Pública, Comunidad de Madrid.
• Protocolo de Vigilancia Encefalopatías Transmisibles por Garrapatas. Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. MAGRAMA.
• Boletín Epidemiológico, 1985 Nº 362. Comentario Epidemiológico Regional. Control de Garrapatas. Consejería de Sanidad. CARM.
• Fernández-Rubio Fidel. 1999. Artrópodos y Salud Humana. Monografía I, Gobierno de Navarra.
Las garrapatas de interés como plagas urbanas se clasifican dentro de dos familias, que representan diferentes estructuras corporales: Familia Ixodidae, conocidas como garrapatas duras, y familia Argasidae, que agrupa a las garrapatas blandas. Ambas familias son similares morfológicamente, con un cuerpo dividido en el gnatosoma, situado en la parte anterior y que contiene las piezas
bucales, y el idiosoma, la parte posterior, que contiene la mayoría de los órganos y que se dilata cuando la garrapata se alimenta, aumentando notablemente el tamaño del animal. La principal diferencia entre estas especies es que la familia Ixodidae presenta un escudo dorsal duro, del que obtienen su nombre, mientras que la familia Argasidae carece de él. Las garrapatas son parásitos externos
hematófagos, que necesitan al menos una toma de sangre entre mudar y para poder reproducirse. Las garrapatas son vectores eficaces de patógenos como bacteria, virus, protozoos y nematodos, que afecta tanto a animales de compañía como a humanos. La importancia como vectores varía según la especie y la geografía. En España la especie más habitual es Rhipicephalus sanguineus, (Garrapata marrón del perro), siendo habituales otras especies como Ixodes ricinus o el género Dermacentor.
Las garrapatas de la familia Ixodidae desarrollan la mayor parte de su vida en la hierba alta esperando a sus hospedadores. Cuando una posible victima roza o mueve la hierba, la garrapata se deja caer y se fija al pelo del hospedador. Una vez sobre la victima, busca una zona para realizar la incisión y comenzar a alimentarse. Cuando finaliza la extracción, la garrapata se deja caer para mudar en el suelo. Una vez ha mudado, asciende por la vegetación para buscar otra victima. Necesita un total de tres hospedadores diferentes para completar su ciclo, compuesto de huevo, larva, ninfa y adulto. La cópula se realiza sobre el hospedador y al finalizar, la hembra se desprende para realizar la puesta, compuesta por varios miles de huevos. En la familia Argasidae el ciclo es similar, pero en este caso las garrapatas
permanecen escondidas en sus refugios, que suelen ser nidos de aves. Cuando aparece un hospedador la garrapata se desplaza rápidamente y asciende sobre él. La alimentación apenas dura unos minutos, tras la cual el artrópodo se desprende y vuelve a su refugio. Las fases son las mismas que en las garrapatas duras. Durante la alimentación se alternan fases de succión y regurgitación, que es un factor clave en la transmisión de patógenos. Dado el gran volumen de sangre ingerido, se produce una adaptación corporal mediante una distensión exocuticular que permite una aumento de hasta 15 veces del tamaño del parásito. El tiempo necesario para alimentarse varía según la especie, el hospedador y el estado de desarrollo de la garrapata.
Picadura
La picadura genera una pequeña reacción local. En casos más graves puede provocar inquietud, fiebres, diasestésia y parálisis flácida, pudiendo ocasionar dificultad para caminar. Esta causada por una toxina denominada holociclotoxina, que se encuentra en la saliva de la garrapata. La toxicidad es mayor cuando el artrópodo se encuentra en ayunas y justo antes de desprenderse del hospedador, y menor mientras se alimenta.
Las garrapatas se han asociado con la transmisión de ciertas enfermedades. En Europa destacan los síndromes encefalíticos, causados por arbovirus. Tras la picadura e inoculación del virus, se produce la multiplicación primaria de éste por tejidos y ganglios. Entre los síntomas se encuentran la aparición de fiebres, confusión e incluso convulsiones. Las encefalitis provocadas por flavivirus, como la encefalitis centroeuropea o la encefalitis rusa de primavera y verano, son especialmente graves en las zonas del este de Europa. Tras un periodo de
incubación (8-14 días) aparecen los síntomas, entre los que destacan: cefaleas, fiebres, nauseas, vómitos y, en los casos más graves, delirio, parálisis y coma. Otros ejemplos de enfermedades causadas por flavivirus que usan a las garrapatas como vectores son la el Mal de brinco (Reino Unido), enfermedad de Powassan (Norteamérica y Rusia), fiebres de Negishi y Langart (Asia) entre otros. Una de las enfermedades más graves es la Fiebre hemorrágica de Crimea. Está causada por un nairovirus y su foco principal se encuentra en Europa
del Este (Crimea, Albania, Bulgaria, etc.). Sus reservorios son mamíferos como cabras y liebres, además de algunas aves. Ls transmisores son garrapatas de los géneros Hyalomma, Rhipicephalus y Amblyomma. Tras un periodo de incubación de 7 días, aparecen los síntomas: fiebre alta, escalofríos, cefalalgia y mialgias, pudiendo originarse derrame conjuntival, vómitos y diarrea. En casos graves pueden aparecer hemorragias en nariz, encías e intestinos y rigidez en la nuca e hiperexcitabilidad. Otra enfermedad grave es la enfermedad de Lyme, originada por Borrelia burgdorferi, empleando roedores como reservorio y transmitida por el género Ixodes. Se han detectado casos en EEUU, Europa y Asia. Tras la picadura se origina una macula roja y se produce malestar, fiebre, cefalea, rigidez de cuello, dolor en articulaciones, etc.
Existen varios factores que pueden suponer un riesgo para la población, al favorecer el contacto entre el artrópodo y los seres humanos.
En los nidos de aves se encuentran frecuentemente garrapatas de la familia Argasidae. Aunque prefieren sus hospedadores específicos, en ausencia de éstos podrían afectar a los seres humanos. La especie más frecuente es Argas reflexus, asociada a la paloma urbana (Columba livia)
La presencia de animales mascotas parasitados aumenta el riesgo de trasmisión a la población. También desde existe riesgo desde otros humanos infectados, especialmente en el caso de albergues rurales, actividades deportivas al aire libre, caza, etc. Estos casos son más frecuentes en primavera y otoño, coincidiendo con la activación de las garrapatas. Otra fuente de infección distinta puede ser la migración desde el exterior al interior de las viviendas mediante ventanas, puertas, grietas, etc. Algunas especies como R.sanguineus, están adaptadas al ambiente peridoméstico (jardines por ejemplo) y al doméstico, pudiendo usar alfombras o muebles como refugios. Otras especies como I.ricinus o D.reticulatus solo se encuentran en ambientes exteriores como bosques o jardines.
USO DE ACARICIDAS CON ACCIÓN GARRAPATICIDA: PULVERIZACIONES Y FUMIGACIONES.
El término «garrapaticidas» se usa comúnmente en la ganadería para denominar a los antiparasitarios externos (ectoparasiticidas) con actividad contra las garrapatas. Además de ser eficaces contra las garrapatas, algunos compuestos de amplio espectro son también mosquicidas, sarnicidas, piojicidas, etc.
La mayoría de los garrapaticidas (organofosforados, piretroides, amidinas, fenilpirazoles) actúan por simple contacto (efecto tarsal) con la garrapata. Cuando se trata el ganado (por baño, pour-on, etc.) el compuesto se extiende por la piel del animal, entra en contacto con la garrapata y la mata más o menos rápidamente (efecto de choque) y durante más o menos tiempo tras la aplicación (efecto residual).El efecto o periodo residual de un garrapaticida señala el periodo de tiempo tras la aplicación del producto durante el cual éste sigue teniendo efecto contra las garrapatas que infesten al animal tras ser tratado.
Algunos compuestos (endectocidas, benzoilureas) actúan también de modo sistémico, es decir, tras ser aplicados al animal penetran en su flujo sanguíneo y a través de la sangre alcanzan a las garrapatas cuando se alimenta. Los garrapaticidas disponibles actualmente en el mercado son eficaces contra larvas, ninfas y adultos.
Estas pulverizaciones deben realizarse periódicamente, según el nivel de riesgo establecido, para que el resultado sea óptimo.
• Control en el ganado: El tratamiento de los animales de ganado se realiza mediante baños o pulverizaciones, tanto del animal como de los
alojamientos. Se emplean acaricidas con efecto garrapaticida autorizados en el Registro de Biocidas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
• Control en animales de compañía: Se emplean los mismos productos que en el ámbito urbano y en el rural. Para que el tratamiento sea efectivo es necesario realizarlo de forma periódica. El empleo de collares insecticidas o antiparasitorios es recomendable en el medio urbano, pero no en el rural, donde los animales están expuestos a mayores infestaciones. Es necesario tomar precauciones para que los niños no manipulen excesivamente el collar.
• Control en espacios interiores: Aunque más frecuentes en el exterior, en ocasiones se producen infestaciones interiores de la garrapata canina marrón. Asociada a los perros y otros animales domésticos, tiene preferencia por condiciones secas y cálidas. Las fumigaciones se deben realizar por la mañana y se deben cumplir ciertas condiciones:
1) Evacuar a las personas y animales presentes.
2) Cerrar puertas y ventanas.
3) Fumigar con lluvia fina sobre todas las superficies de los ambientes, techo, paredes, piso, zócalos, alfombras, cortinas, colchones, almohadones, sillones, etc. dejar actuar el producto por lo menos por 2 horas.
4) Abrir puertas y ventanas y ventilar durante al menos una hora.
Como se ha indicado, además de la picadura estos arácnidos causan diferentes enfermedades. Un ejemplo de esto es el de la encefalitis, que a pesar de
ser endémica en zonas del norte y centro de Europa, circunstancias como los viajes o el libre comercio favorecen la difusión a zonas indemnes. Esta enfermedad
esta incluida desde el año 2012 en la lista del ECDC de enfermedades objeto de vigilancia y notificación en Europa.
Las medidas preventivas deben estar adaptadas al nivel de riesgo y son establecidas por las Autoridades Sanitarias. Ante un caso se debe educar a la población respecto al modo de trasmisión por garrapatas y las formas de protección. Se emplearan medios físicos o repelentes frente a ellas. Si la persona se encuentra en una zona infestada, deberá revisar su cuerpo para comprobar si se ha adherido alguna garrapata. Si se encuentra, ésta se deberá eliminar empleando unas pinzas en el gnatosoma para evitar destrozar al animal y que quede parte de la mandíbula en la piel.
Medidas ante un brote
En caso de brote debe realizarse una investigación de las personas con riesgo de exposición y de la fuente de infección, consumo de leche o derivados lácteos crudos, visitas a áreas forestales o con vegetación. Esta investigación permitirá la identificación y delimitación de zonas infestadas por Ixodes y su limpieza.