La procesionaria del pino es la responsable de la defoliación y muerte de numerosos pinos en el área mediterránea. Las fumigaciones aunque no son la única técnica se han demostrado ser muy efectivas realizadas en el momento preciso contra la procesionaria del pino.
La plaga de procesionaria puede acabar en poco tiempo con un pino.
¿Te imaginas los jardines de tu urbanización o de tu casa sin pinos? ¿O sin sombras para resguardarnos de ese sol abrasador de verano?
¿Te imaginas un bosque?……. ¡Sin pinos!
Algo tan dramático podría ocurrir en nuestros pinos de casa, o nuestro jardín, incluso en las masas forestales de montes, si no fuera por las actuaciones que por parte de los profesionales especializados realizamos para eliminar ésta y otras plagas que acechan nuestros jardines y bosques.
La fumigación con insecticidas contra la plaga de procesionaria es una de las técnicas más contrastadas que existen para combatirla.
¿Pero qué es y como actúa ésta feroz oruga defoliadora de pinos?
Aunque no lo parezca, los “padres y madres” de las orugas son lindas mariposas cuya única misión una vez “despiertan” de su letargo de pupa, es reproducirse para obtener más y más descendencia y asegurar su perpetuidad y por lo tanto continuar dañando los pinos.
La ventaja que tenemos los profesionales sobre ésta y muchas otras plagas es el conocimiento experto de su ciclo biológico, lo que nos asegura realizar los tratamientos en el momento justo para que su acción sea lo más eficaz posible.
Las orugas de procesionaria, cuando llega el otoño y las temperaturas estivales van descendiendo, “procesionan” desde los bolsones hasta el suelo para finalmente ahí formar su pupa y completar su ciclo. Por lo tanto, anticipar el tratamiento fitosanitario justo antes de salir del bolsón nos asegura que el resultado tendrá éxito.
Es clave por tanto, para obtener un buen control de la procesionaria del pino, estudiar el descenso de las temperaturas durante los meses de septiembre y octubre, y recopilar la información para el año siguiente, en el cual precisaremos y adaptaremos nuestra fumigación a los datos del año anterior.
En condiciones ambientales (humedad y temperatura) normales, año tras año deberíamos notar el descenso poblacional, y por lo tanto una mejoría en la sanidad de los ejemplares tratados.
Además existen otras técnicas de manejo y control de la plaga que en sucesivas publicaciones desde la comunidad QUIPONS os iremos contando.