Conocemos los daños que la procesionaria del pino ocasiona en nuestros bosques y jardines, pero, ¿sabemos detectar a tiempo la plaga?

Hoy te enseñaremos como los expertos podemos detectarla  en ocasiones antes de que sus efectos sean graves o incluso irreversibles.

En anteriores artículos de nuestro BLOG te mostrábamos como la técnica de la fumigación puede ser muy efectiva en el momento preciso, para reducir los niveles poblacionales de procesionaria del pino.  Pero… ¿Por qué no anticiparnos e intentar actuar lo más pronto posible?.

La procesionaria del pino produce sus mayores daños durante el invierno, período durante el cual las orugas van defoliando la masa arbórea.

Sus ataques tienen preferencia clara, sobre pinos laricios, canarios y silvestres,  y en menor medida atacará pinos pinaster, carrasco y piñonero. Por lo tanto es primordial fijarnos siempre en el primer grupo de pinos para comprobar sus primeras fases, sobre todo si se encuentran en coexistencia con los segundos.

Existen prácticas de detección y control de  machos adultos cuando emergen en verano, utilizando feromonas para monitorizar la plaga trazando su curva de vuelo, y comprobar así los niveles de mariposas adultas presentes y reducirlos si se colocan en número elevado y estratégico en bordes.

También podemos orientar nuestra “detección” a comprobar la existencia de puestas de huevos alrededor de las acículas y el nivel de parasitismo o fecundación de los mismos. Otros métodos novedosos para detectarla, principalmente a nivel forestal, son mediante la grabación de imágenes aéreas utilizando drones.

En cuanto a la identificación de sus daños, como medida de detección, los primeros que se pueden observar sobre los pinos, (preferentemente sobre el primer grupo de especies anteriores) son en las acículas, éstas se podrán ver con aspecto semiseco o amarillento. Además sobre la base de las mismas se acumulan hilos de seda. Si observamos que las acículas se caen significa que el desarrollo de la población de orugas es mayor.

Las infestaciones de procesionaria del pino pasa por varias etapas, hasta los primeros dos años suele afectar solo a ejemplares aislados o de márgenes.  Posteriormente en unos tres años y siempre que se den las condiciones ambientales adecuadas, se pueden observar bolsones ya en zonas interiores de los pinares, ello nos indicará un nivel de infestación más avanzado para llegar después a defoliaciones generalizadas en toda la masa. A partir de ahí bajarán los niveles poblacionales al disminuir su alimento y actuar diferentes depredadores y parasitoides, los daños podrán ser graves y aprovecharse otras plagas forestales como insectos barrenadores o perforadores. Este proceso se conoce como “gradación cíclica”.

En próximos artículos te mostraremos las técnicas más novedosas y de bajo impacto que se están imponiendo para el control de la procesionaria, permanece atento.

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