Quien no ha escuchado historias o consejos que nos han contado nuestros padres o personas mayores sobre animales como serpientes o murciélagos, o plagas y otros bichejos perseguidos desde tiempos remotos, como ratas, arañas, cucarachas, siempre asociados a suciedad o pobreza, y de los que se siente repugnancia o fobias. Los expertos en control de plagas tenemos un punto de vista interesante al respecto que procedemos a explicar.
Volviendo a nuestra era, y dejando al margen el elemento sugestivo que nos pueda hacer sentir a cada uno, vamos a poner algo de luz y verdad a algunas de las leyendas urbanas sobre plagas, de las más conocidas y extendidas, en base a nuestra experiencia, que no es poca, y al conocimiento experto que se tiene sobre la materia. Aquí os ponemos algunas de ellas.
Mito. No es cierto que los roedores prefieran el queso a cualquier otro alimento, para nada, éstos simpáticos y en ocasiones problemáticos animales tienen predilección por otras sustancias más azucaradas, y por supuestos se mueren por mordisquear cualquier fruto seco.
Mito. Lo que si es cierto es que los niños al tener mayor contacto es más fácil su proliferación, pero nada más. Y además añadimos que tampoco les gusta a los piojos el cabello sucio o falto de higiene, al contrario de lo que se piensa prefieren cabellos limpios.
Realidad. Efectivamente, las cucarachas tienen fases de muda en las que son capaces de regenerar partes de su cuerpo como patas o antenas, ¡son unas lagartijas en ese aspecto!
Realidad. Estos diminutos insectos se han convertido en los últimos años en una plaga global cada vez más extendida, ¡sobre todo en los países más ricos y desarrollados!
Mito. (en parte) Aunque si es cierto que cuando pican a humanos se desprende junto con el aguijón parte del abdomen y mueren, cuando pican a insectos no ocurre.
Realidad. Y no es por su parecido físico con las ratas, sino por su capacidad de transmitir enfermedades infecciosas como psitacosis, histoplasmosis, criptococosis, y otras muchas causadas por bacterias y hongos a través de sus excrementos, o contacto directo con ellas.
Y por último una de moscas:
¿Si se posa una mosca en tu comida debes tirarla?
La respuesta es… depende. Para que pueda transmitir algún patógeno debe posarse el tiempo suficiente, un ligero roce o contacto breve no debería ser un problema, pero no cabe duda de que infectará la comida si transcurre el tiempo suficiente, ya que acostumbran a estar en contacto con numerosos agentes infecciosos presentes en cadáveres, alimentos podridos, heces, etc.
Como expertos en control de plagas pueden contactar con nostros para resolver cualquier duda al respecto.
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