La garantía de la inocuidad en los alimentos, se basa en un adecuado manejo de los diferentes factores de riesgo que inciden desde la obtención primaria hasta el consumo doméstico. La presión que ejercen las plagas en ese recorrido se constituye como factor clave de riesgo, y es por tanto una actividad indispensable en todas las etapas. En esta ocasión centraremos nuestra atención en una etapa muy importante ya que es el último paso previo al consumidor, fase en la que se distribuyen los alimentos a través de los diferentes canales y medios de transporte.
Las empresas de distribución, se dedican a transportar las materias primas así como los productos elaborados tanto a industrias, elaboradores, instituciones, etc. El mercado actual, cada vez más globalizado, permite la distribución de alimentos a todas partes, y en tiempos cortos, en ocasiones de unas pocas horas.
Durante el transporte si no existe un control y manejo adecuado, se pueden introducir vectores nocivos que pueden ser desplazados a otras zonas en las que inicialmente no se encontraban. Por lo tanto, en ocasiones, el problema lo presenta no sólo la pérdida de mercancía contaminada, o las infestaciones cruzadas, en los grupajes, sino lo constituye la posible de propagación y dispersión de plagas en zonas en las que no se encontraban o que ya habían sido erradicadas.
La implementación de medidas racionales, continuas, preventivas y organizadas brinda la mayor seguridad sanitaria por ejemplo en el transporte de mercancías como alimentos o ganado. Es por ello que los distribuidores deben de proteger frente a plagas, de roedores e insectos como principal amenaza, tanto de sus centros logísticos como los vehículos de transporte.
Las autoridades, también se esfuerzan en el aseguramiento sanitario durante el transporte, con la expedición de permisos, certificados de las mercancías, o inspecciones y vigilancia en las aduanas y centros o depósitos de distribución. Un ejemplo se da en el comercio de especias y semillas entre países, donde se requiere la realización previa de tratamientos fitosanitarios a los contenedores o vehículos, que aseguren la inocuidad de las mercancías transportadas, especialmente si provienen de países de origen asiático o sudamericano. O el establecimiento de listas de plagas cuarentenarias que afectan al material vegetal, con medidas obligatorias a nivel global y según distintas zonas geográficas.
Las empresas de distribución y logística, como etapa de transporte potencial de plagas y vectores, cada vez son más conscientes de su importante papel en evitar esa dispersión, adoptando las medidas necesarias con la ayuda de empresas especializadas encargadas del control de plagas.